Junto con las lagunas de Sete Cidades y Furnas, la Lagoa do Fogo es la tercera laguna más popular de la isla de Sao Miguel. Y es que si hay algo que abunda en San Miguel, son los lagos y los cráteres… Dispuestos a no perdernos nada, nos dirigimos al centro de la isla en un día ventoso y que amenazaba lluvia, pero que no nos impidió disfrutar de esta zona de San Miguel.
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Qué ver en el centro de San Miguel
Lagoa do Fogo
Aproximadamente en el medio de la isla podemos encontrar la Lagoa do Fogo. Como muchos otros, este lago se formó en la caldera de un cráter, la del volcán de Água de Pau. En esta zona es imposible olvidar el origen volcánico de la isla: a lo largo de la carretera que lleva al lago hay varias centrales geotérmicas diseminadas que nos recuerdan que en el subsuelo todavía existe calor, y que el corazón de San Miguel sigue latiendo con fuerza.
Una vez en lo alto, el mirador en la carretera nos ofrece vistas maravillosas del lago. Existe un pequeño camino que desciende desde el mismo mirador hacia el lago (un camino que, por otro lado, es bastante largo). Abajo, en la pequeña playa, se distinguían las figuras diminutas de los atrevidos que se habían animado a bajar.
✅ Es posible hacer una excursión que te lleva a Lagoa do Fogo y Sete Cidades. Puedes reservarla aquí.

Caldeira Velha
Como el clima no acompañaba demasiado, decidimos descender por la carretera y dirigirnos a Caldeira Velha. Por este pequeño enclave natural discurre un riachuelo que forma pequeñas pozas termales, además de una bonita cascada que invita a un baño relajante (siempre y cuando no esté demasiado llena de gente, claro). Hay también una fumarola con agua hirviendo, con el particular olor a huevo cocido de este tipo de fuentes termales.

En el recinto también existe un centro de interpretación ambiental que proporciona información de la historia volcánica de la isla y de la naturaleza del lugar, como los pájaros autóctonos de las azores y los anfibios que poblaban el riachuelo. La verdad es que había un montón de ranitas en el agua, por lo que estuvimos mucho rato entretenidos con ellas.

Para entrar al recinto era necesario abonar entrada (los habitantes de la región no) cuyo precio variaba dependiendo de si querías bañarte en las aguas termales o simplemente visitar.
Qué ver en la zona norte de San Miguel
Fábrica de Chá Gorreana
Cuando abandonamos el lugar nos dirigimos hacia la costa norte de la isla para visitar una plantación de té: la Fábrica de Chá Gorreana. Y os estaréis preguntando: ¿té? ¿Cómo que té? Antiguamente, en San Miguel existían extensas plantaciones de naranjos. La producción se vio drásticamente reducida por la llamada enfermedad de los naranjos, una plaga que obligó a los agricultores a buscar nuevos cultivos que sustituyeran la producción de naranjas. Aparecieron así los cultivos de piñas, tabaco y té que se distribuyen en la actualidad por la isla.

La plantación de té Gorreana es la más antigua de Europa: un negocio familiar que lleva en pie desde 1883 y que permite visitar la fábrica como una forma de presentar sus productos. Desde luego, no deja de resultar exótico visitar una plantación de té en territorio europeo…
En la fábrica es posible degustar el té y acompañarlo con alguno de los productos a la venta, como los “bolos lêvedos”, un pan dulce muy típico de la zona de Furnas que se puede disfrutar solo o con relleno dulce o salado. Si queréis saber más sobre los productos y la historia de la fábrica, además de los horarios de visita, podéis consultar su sitio web aquí.
✅ También puedes hacer una excursión que te llevará a Furnas y a las plantaciones de té. Puedes reservarla aquí.

Lagoa de São Brás
Nuestra siguiente parada en la ruta nos llevó hasta otro pequeño lago ubicado cerca de la fábrica: la Lagoa de São Brás. A pesar de ser mucho menos conocido que otros lagos de la isla, el entorno también ofrece gran belleza. Eso sí: la carretera estaba llena de baches y era sensiblemente peor que otras rutas que conducían a otros lagos de la región.
Tal vez por ser una laguna menos conocida, estábamos totalmente solos en el lugar. Bueno, solos, solos no… con una familia de patos que se sintieron bastante molestos con nuestra llegada.
Tras sacar unas cuantas fotos y ver cómo los patos se alejaban nadando con indiferencia, volvimos a la ruta para nuestra siguiente parada.

Ribeira Grande
Volvimos nuevamente a la carretera por la costa norte y nos dirigimos a Ribeira Grande, una ciudad que cuenta con pintorescos edificios como su ayuntamiento, con un arco y una torre, un bonito puente llamado Ponte dos Oito Arcos y agradables jardines y espacios verdes, además de la iglesia de Nossa Senhora da Estrela, precedida por una bonita escalinata.


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Consejos prácticos para la visita
- Una vez más, el clima es determinante para las visitas. Si hay nubes bajas o niebla, es posible que las vistas no sean las mejores en el mirador.
- Es conveniente confirmar con antelación los horarios de apertura de la fábrica de té y de Caldeira Velha, ya que varían dependiendo de la época del año y el día de la semana.
- En caso de querer bañarse en Caldeira Velha, hay que llevar ropa de baño, chancletas y toalla, además de ropa para cambiarse.
- En Caldeira Velha no hay mucho aparcamiento, por lo que los coches tienden a acumularse en la carretera que da acceso.
- En marzo de 2018 el precio para Caldeira Velha era de 8 € con baño y 3 € sin baño. El horario de cierre depende de la época del año, por lo que es conveniente consultarlo antes de visitar la zona. En marzo de 2018 el horario de cierre eran las 17:30.
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