Turismo responsable con los animales

Como escritores sobre viajes, tenemos sobre nuestros hombros la responsabilidad de fomentar un turismo responsable, tanto con el entorno que visitamos como con los animales que nos rodean. Desde hace unos meses, nuestro blog se ha comprometido a defender y difundir el turismo responsable con los animales, y por eso hemos asumido el compromiso de FAADA de blogueros responsables.

Como ya sabréis, los animales son una parte fundamental de nuestros viajes. Siempre que visitamos un destino nuevo, nos informamos de la fauna autóctona y de las posibilidades de disfrutar de ella. En España existen sitios como Somiedo, donde se pueden ver osos pardos con facilidad, Doñana, con una biodiversidad aviar fascinante, o el Parque Nacional y Reserva de la Biosfera de Monfragüe, donde el buitre leonado es el rey, que permiten practicar este tipo de turismo.

Por desgracia, el turismo de naturaleza tiene una doble cara, pues mal gestionado puede provocar situaciones que perjudiquen a esos mismos animales que tanto nos gustan. En muchos de los viajes que realizamos, tuvimos la mala suerte de presenciar de primera mano la cara y la cruz de esta realidad. Sucedió en Vietnam, en República Checa, en Brasil, Jordania… e incluso en Australia, el último país que visitamos.

Contacto con animales

En los países que suelen ser destinos turísticos de naturaleza, la gestión que se hace del turismo de avistamiento de animales es fundamental. Lamentablemente, mucha gente no tiene paciencia para ver a los animales en la naturaleza. Lo queremos todo, y lo queremos ya. Y, muchas veces, en la naturaleza las cosas no salen como nos gustaría. Por eso, al final los turistas acaban recurriendo a la recintos que ofrecen experiencias de contacto cercano con animales, o se acercan de forma irresponsable a los animales que se encuentran. Mucha gente recurre a santuarios de animales, que, por desgracia, no siempre son tal. En muchas ocasiones, al turista le puede resultar muy difícil diferenciar entre lo que puede ser una mera atracción turística, y lo que es de verdad un lugar que protege a los animales.

Un canguro mira hacia los turistas
No se debe alimentar a los animales en libertad

No vamos a entrar en el debate sobre si los zoológicos deberían existir o no, puesto que consideramos que no estamos capacitados para opinar con conocimiento. Lo que sí podemos hacer es aconsejar a los viajeros que se informen, que consulten si los animales se encuentran en recintos que imitan su hábitat natural, si se llevan a cabo tareas de conservación, si funcionan como centros de rescate de animales… Hay que recordar, también, que el contacto físico con los humanos puede generar estrés a los animales, y que existen las zoonosis, que son enfermedades que se transmiten de animales a humanos, por lo que tal vez las actividades que impliquen el contacto físico con animales no sean la mejor idea.

Turismo responsable con los animales: siempre en libertad

Si optamos por observar a los animales en su hábitat natural, debemos recordar también que no todo vale. No debemos molestarlos, y tenemos que tratar de no interferir en su rutina. No se les debe dar de comer, puesto que eso influye en sus hábitos alimenticios y, además, puede que lo que les demos no les siente bien. Tampoco debemos perseguirlos, ni acercarnos demasiado. La mejor observación es la que no interfiere en la vida del animal.

Un buen ejemplo de lo que NO se debe hacer lo vivimos durante nuestro recorrido por la Great Ocean Road. Estábamos cerca de Kennett River, una zona conocida por ser buen sitio para ver koalas. Íbamos conduciendo detrás de un autobús, cuando de repente vimos que un koala atravesaba la carretera justo por delante. El autobús se detuvo en seco, y el coche que venía de frente también, por lo que el animal no sufrió daños. ¿Y qué sucedió entonces? Pues que una horda de turistas, y digo bien horda, bajó del autobús y echó a correr detrás del koala, por el medio de la carretera.

Empezaron a llegar más coches en ambas direcciones, y la gente empezó a pitar y gritar como loca para que los turistas saliesen del medio de la calzada, pues podían provocar un accidente. El koala siguió corriendo, hasta que finalmente se metió entre la maleza y ya no pudieron perseguirlo. ¿Os parece esta una actitud responsable? A nosotros nos pareció un peligro público.

Koala en un árbol
No se debe molestar a los animales en libertad

A veces, cuando presenciamos cosas así, nos planteamos el sentido de lo que hacemos en este blog. Muchas veces nos hemos preguntado si merece la pena que sigamos enseñando animales y naturaleza en nuestro blog, puesto que al final la gente no respeta las normas mínimas de conducta. Sin embargo, creemos que es importante difundir información sobre animales y naturaleza, puesto que las personas, como sabemos, solo aman lo que conocen. Y si conseguimos que, al menos, una persona cambie su forma de viajar y se conciencie sobre el turismo responsable con los animales, habrá merecido la pena.

Si os interesa el tema y queréis convertiros en turistas responsables, podéis consultar los consejos que da FAADA para hacer turismo responsable con los animales.

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