¿Quieres conocer la obra maestra del Barroco Brasileño? Te contamos cómo visitar el Santuario del Buen Jesús de Congonhas, en Minas Gerais, la joya de la corona de la región que además es Patrimonio de la Humanidad.

La verdad es que yo no tenía ni idea de la existencia de esta iglesia, pero Tomás la incluyó entre los lugares imprescindibles durante nuestro viaje por Minas Gerais. Y es que se trata de un conjunto que podría considerarse un auténtico museo a cielo abierto, con algunas de las obras más importantes del barroco de Brasil.
Dónde está el santuario del Buen Jesús de Congonhas
El Santuario del Buen Jesús de Matosinhos se encuentra en Congonhas, una pequeña ciudad de Minas Gerais, en el interior de Brasil.
El santuario se encuentra en la parte alta de la ciudad, muy cerca del Museo de Congonhas (te dejamos aquí las coordenadas).
La ciudad de Congonhas no tiene nada de especial, pero conocer el santuario justifica la visita.

Cómo llegar al Santuario del Buen Jesús de Congonhas
Lo más probable es que, si has decidido visitar el Santuario del Buen Jesús de Congonhas en Brasil, te encuentres en la región del oro de Minas Gerais. Las distancias principales son las siguientes:
Desde Ouro Preto
Ouro Preto se encuentra a aproximadamente 60 kilómetros (una hora en coche por la carretera, pasando por Ouro Branco).
Las carreteras de esta región pueden no estar en buen estado, ya que suelen deteriorarse por las lluvias y el tráfico pesado, así que hay que estar muy atento a la ruta. Si no te sientes con ganas de conducir, también puedes hacer una excursión como esta desde Ouro Preto y olvidarte.

Desde Belo Horizonte
La capital del estado de Minas Gerais se encuentra a aproximadamente 80 kilómetros del Santuario del Buen Jesús de Congonhas (una hora y media aproximadamente por carretera).
Belo Horizonte es el principal aeropuerto de la región, por lo que probablemente sea tu puerta de entrada a la zona. Puedes ir al santuario conduciendo por tu cuenta, o también haciendo una excursión como esta desde Belo Horizonte.
Santuario del Buen Jesús de Matosinhos en Congonhas

La iglesia como edificio tiene un aspecto sencillo en su exterior, muy similar a otras iglesias de Minas Gerais que se pueden visitar en ciudades como São João del-Rei o la conocidísima Ouro Preto.
Su fachada es sencilla, pintada en color blanco con detalles en piedra natural.
Cuenta con dos torres laterales a modo de campanario, cada una con un cruz en lo más alto. En el centro de la iglesia hay otra cruz que completa el conjunto.
El santuario comenzó a construirse en 1757 por una promesa realizada por el portugués Feliciano Mendes a imagen del santuario del Bom Jesus de Braga.

Al igual que la iglesia portuguesa, la de Congonhas también se sitúa en lo alto de una colina sobre la ciudad, el Morro do Maranhão.
Si accedemos al Santuario del Buen Jesús de Congonhas desde abajo, iremos pasando por seis capillas que preceden a la iglesia y en las que se representa la Pasión de Cristo.
La construcción de la iglesia es anterior a las obras de Aleijadinho que la hicieron famosa, que se hicieron una vez que esta ya estaba levantada.
✓ Nos llamó mucho la atención que, a diferencia de otras iglesias de Minas Gerais, visitar esta era gratis, al menos cuando fuimos nosotros.

¿Por qué es tan importante?
El Santuario del Buen Jesús de Congonhas es probablemente la iglesia más famosa de la región. Además, está considerada como la obra maestra del estilo Barroco Brasileño y la creación más importante del escultor Aleijadinho, uno de los artistas más importantes de Brasil.
No en vano, el Santuario del Buen Jesús de Congonhas fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco para reconocer su relevancia en la arquitectura, la escultura y la historia de Brasil.

Lo que la hace tan especial son las 12 figuras realizadas por Aleijadinho que presiden su atrio, realizadas en piedra jabón, que representan a los 12 profetas, así como las tallas en madera de las seis capillas.
Se cree que no todas las piezas fueron realizadas por él, en parte por la irregularidad en los acabados y en parte por el corto período de tiempo en el que se tallaron, sino que algunas las tallaron sus asistentes, pero eso no les quita su gran valor.
Es más, el Santuario del Buen Jesús de Congonhas se considera uno de los principales puntos turísticos del estado de Minas Gerais, con permiso de Ouro Preto.
Qué ver en el Santuario del Buen Jesús de Congonhas: interior

A pesar de la sencillez exterior de la iglesia y su fachada, el interior es muy fastuoso y se decoró en estilo Rococó, con inspiración italiana.
El santuario tiene una sola nave central, con una capilla en el ábside para el altar. Su interior cuenta con numerosas decoraciones en oro y bonitas pinturas.
Los altares están profusamente decorados en oro. La capilla del altar cuenta con una pintura en el techo que representa el entierro de Jesús.
En la nave central del santuario hay dos dragones encargados de sujetar las lámparas y son uno de los elementos más curiosos del conjunto. En el techo se representa la gloria de Jesús junto a Dios en el cielo.

Qué ver en el Santuario del Buen Jesús de Congonhas: exterior
El Santuario del Buen Jesús de Matosinhos en Congonhas debe visitarse también por fuera, ya que existen varios conjuntos de elementos imprescindibles.
El primero de ellos es su atrio, las escaleras de acceso a la iglesia, donde se encuentran 12 esculturas que son el mayor símbolo del barroco brasileño.
Un poco más abajo se encuentran las seis capillas de la pasión de Cristo, con figuras talladas en su interior que representan las distintas fases y pertenecen también a Aleijadinho.
12 Profetas de Aleijadinho
Se trata de 12 imágenes realizadas en piedra jabón o esteatita, un material muy abundante en esta región de Minas Gerais. Son de una tonalidad gris oscura, ceniza, un color que se puede apreciar en muchas iglesias de la zona.

Son de gran tamaño, casi a tamaño natural, aunque sus proporciones nos pueden considerarse fieles a las medidas habituales humanas y presentan algunas deformaciones que delatan que parte del trabajo lo realizó su taller y no el propio Aleijadinho.
A pesar de lo que pueda parecer por ser 12 figuras bíblicas, en este caso no se trata de los 12 apóstoles, como muchos pueden pensar y nosotros pensábamos también. Representan a cuatro profetas mayores y ocho profetas menores del Antiguo Testamento.

Las estatuas representan a los profetas Habacuc, Abdías, Nahúm, Amós, Joel, Jonás, Daniel, Oseas, Ezequiel, Baruc, Jeremías e Isaías.
Se encuentran en las escaleras del santuario, decorando con su imponente presencia el acceso a la iglesia. Los 12 profetas fueron esculpidos entre 1800 y 1805 y se distribuyen en una disposición geométrica en los distintos vértices de las escaleras.
Su importancia radica también en que esta fue la primera vez en la que Aleijadinho creó imágenes con estructura propia, sin apoyo posterior y para ser expuestas a la intemperie.
La obra resulta todavía más excepcional al saber que las creó en las últimas etapas de su vida, cuando ya su salud estaba muy debilitada y su cuerpo afectado por una grave enfermedad.

A lo largo de los años, las estatuas han ido sufriendo desperfectos por la contaminación, el vandalismo y las inclemencias del tiempo. Por eso, debido a la fragilidad de la piedra con la que están realizados y la importancia de la obra en su conjunto, las estatuas siguen un riguroso control que permite la restauración de la más mínima fisura.
Cómo son los profetas de Aleijadinho
Isaías, el primero a la izquierda, se presenta como un hombre anciano con gran barba, con un pergamino en la mano izquierda que señala con un dedo de la mano derecha.
Jeremías está tallado como un hombre de mediana edad, con bigote y barba. Tiene un pergamino en la mano derecha y una pluma en la izquierda.
Ezequiel tiene barba corta, túnica larga, un pergamino en la mano izquierda y la mano derecha sobre el hombro.

Daniel aparece como un hombre joven, sin barba ni bigote, con una corona de laurel, un pergamino en la mano derecha y un león a sus pies.
Oseas luce barba corta y pelo largo cubierto con un gorro, con ropa corta y una pluma en la mano derecha.
Baruc es un hombre joven, sin barba ni bigote, con manto corto, y botas altas. En la cabeza lleva un turbante y en la mano derecha el pergamino. La izquierda sujeta los pliegues de la ropa.

Joel tiene bigotes largos que se unen a la barba, formando caracoles a ambos lados de la cara. En su cabeza lleva un turbante enrollado.
Abdías es joven e imberbe, con el pergamino en la mano izquierda y la mano derecha señalando hacia el cielo.
Amós tampoco tiene barba y su mano derecha se extiende hacia el frente, mientras sujeta el pergamino con la mano izquierda. Su ropa es completamente diferente a la del resto de profetas, pues se le ha dado aspecto de pastor.

Jonás es un hombre con barba encaracolada que mira al cielo, con la boca entreabierta y una nariz muy aguileña.
Habacuc señala al cielo con una de sus manos. Tiene la barba encaracolada, lleva un turbante y un pergamino en la otra mano.
Nahúm aparenta ser un hombre mayor, con barba muy larga y un turbante sobre la cabeza. Viste una sotana larga.
Capillas de los Pasos de la Pasión de Cristo

En la rampa que da acceso al santuario por la fachada principal se encuentran seis capillas distribuidas haciendo zigzag que contienen más de 60 imágenes talladas en madera. Estas tallas representan la pasión de Cristo durante el Vía Crucis.
Al igual que las estatuas de los 12 profetas, estas tallas en madera también fueron realizadas por Aleijadinho y son posteriores a la propia iglesia. Son a tamaño natural y realizadas en cedro, coloreadas en parte por el Maestro Ataíde, el gran pintor barroco de Brasil.

Las capillas se sitúan a ambos lados de la explanada de acceso a la iglesia y muestran representaciones como última cena, el Huerto, Jesús hecho prisionero, los latigazos y la corona de espinas, el camino con la cruz y la crucifixión.
Las representaciones son dinámicas, con gran movimiento y ricas en gestualidad. Los personajes muestran gran expresividad y representan el sufrimiento de Jesús a lo largo de las etapas de su Calvario.

Historia y características del Barroco Brasileño
El barroco se implantó en Brasil en el siglo XVII de la mano de la colonia portuguesa, que llevaba ya más de un siglo dominando la región.
Hasta aquí llegaron las influencias europeas, aunque el estilo se adaptó y desarrolló características propias por la realidad presente en el país.

El estilo era considerado más rudimentario y menos “pulido” que el barroco europeo, ya que lo desarrollaron en gran medida artesanos con menos formación que se desviaban de lo habitual. Sin embargo, fue precisamente esta mezcla la que le dio sus características tan particulares.
Los dos grandes maestros del barroco brasileño fueron, por un lado, Aleijadinho en las ramas de arquitectura y escultura, y por otro el Maestro Ataíde, que se dedicaba a la pintura.
De hecho, muchas de las iglesias barrocas de la región de Ouro Preto presentan obras de estos dos maestros, tanto en las pinturas del techo como en las esculturas de las fachadas o en su interior.

Aleijadinho, el escultor más reconocido de la época
Antônio Francisco Lisboa, conocido como Aleijadinho, está considerado como el escultor brasileño más importante de la época colonial. Era hijo del también conocido arquitecto Manuel Francisco Lisboa, del que se cree que aprendió mucho de lo que sabía.
Nació en Ouro Preto y su obra es casi omnipresente en la arquitectura religiosa de la región, siendo las más famosas la iglesia de São Francisco de Assis de Ouro Preto y el Santuario del Buen Jesús de Congonhas.

Aleijadinho sufrió una enfermedad degenerativa que deformó sus extremidades (aleijado, en portugués, es un término que hace referencia a una persona que tiene deformidades en manos y pies). Esto no le impidió seguir trabajando y crear un estilo propio muy reconocible.
Qué ver en los alrededores del Santuario del Buen Jesús de Congonhas
Tiendas de artesanía
En uno de los laterales de la rampa que da acceso al Santuario del Buen Jesús de Congonhas puedes visitar algunas tiendas de artesanía con productos realizados en piedra jabón.
Al ser un tipo de piedra muy blanda, es posible realizar un montón de objetos con ella: relojes de sol, calendarios en piedra, figuras, cazuelas…
Nosotros aprovechamos para comprar aquí un recuerdo de artesanía para llevarnos a casa (solemos hacerlo en todos nuestros viajes). Un reloj de sol precioso en piedra jabón, que se nos rompió por el camino… Así que, ya sabes, si compras algo, envuélvelo bien para evitar que se te rompa en la maleta.
La maravillosa ciudad de Ouro Preto

A menos de 60 kilómetros del Santuario del Buen Jesús de Congonhas se encuentra la ciudad más famosa de Minas Gerais: Ouro Preto. Esta joya de la arquitectura y la historia brasileña es uno de los lugares imprescindibles que visitar en tu ruta por el estado de Minas.
✅ Puedes visitarla de varias formas:
- Por tu cuenta, recorriendo las callejuelas empinadas y explorando a tu gusto. Consulta nuestro artículo sobre qué ver en Ouro Preto.
- Con una excursión que te enseñe todos los lugares más importantes de la ciudad. Te dejamos aquí una opción.
- Con una excursión desde Belo Horizonte que te lleve y te traiga en el mismo día. Tienes aquí una opción.
La primera ciudad de Minas, Mariana

La primera ciudad de Minas Gerais es uno de esos lugares que conservan todo su encanto y ambiente colonial. Combina muy bien con Ouro Preto, juntas en el mismo día o en días diferentes, ya que se encuentran a muy poca distancia la una de la otra.
- Visítala por tu cuenta siguiendo los consejos de nuestro artículo sobre qué ver en Mariana.
- Recórrela con una excursión que te lleve a Mariana desde Ouro Preto.
- Conócela en una excursión que te lleve a Mariana desde Belo Horizonte. Tienes aquí una opción.
✓ Muy cerca de Mariana también puedes conocer la mayor mina de oro visitable del mundo.
La ciudad histórica de São João del-Rei

Una de nuestras favoritas entre todas las Ciudades Históricas de Brasil es São João del-Rei. Ya algo más alejada del Santuario del Buen Jesús de Congonhas (unas dos horas en coche) es, sin embargo, uno de nuestros imprescindibles en la zona.
Sus iglesias, su maravilloso ambiente y sus animados restaurantes la convierten en una ciudad muy especial.
- Puedes visitar la por tu cuenta siguiendo los consejos de nuestro artículo sobre qué ver en São João del-Rei.
- También puedes hacerlo con una excursión desde Ouro Preto.
- Si estás en Belo Horizonte, puedes también hacer una excursión como esta.
El pueblo encantador de Tiradentes

En mi opinión, el más encantador de los pueblos que visitamos en nuestra ruta por Minas Gerais. Sus calles de casas bajitas, sus tiendas de artesanía, el ambiente tranquilo y el paisaje que rodea al pueblo son inolvidables.
✅ Se encuentra muy cerca de São João del-Rei, por lo que combinan muy bien juntos.
- Puedes visitarlo siguiendo nuestros consejos en el artículo sobre qué ver en Tiradentes.
- También puedes hacer una excursión desde Ouro Preto para visitar las dos ciudades.
- Si tu punto de partida es Belo Horizonte, tienes esta excursión.
¿Ya has añadido el Santuario del Buen Jesús de Congonhas a tu ruta por Minas Gerais? Aprovecha tu viaje y así descubrirás la obra maestra del Barroco Brasileño.
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