Comenzaba un nuevo día en el Algarve, con un sol maravilloso que nos invitaba a disfrutar al máximo de los paisajes portugueses. Tras la visita el día anterior a la playa de Benagil, el listón estaba muy alto. Para poder aprovechar la nueva jornada, optamos por madrugar y visitar el cabo de San Vicente, que está situado en el extremo suroeste de Portugal a unos 45 minutos en coche desde Lagos, y Ponta da Piedade.
Cabo de San Vicente
El cabo de San Vicente es el punto más al sudoeste de Portugal. Desde aquí, las vistas al mar infinito y a los acantilados ofrecen unas imágenes de belleza sin igual. Si se mira al frente, el océano se extiende hasta donde alcanza la vista; si se mira hacia la derecha, los entrantes y salientes en la roca ofrecen una panorámica maravillosa de acantilados escarpados.
El cabo de San Vicente está cerca de la población de Sagres. En el cabo hay un faro de 28 metros de altura, blanco y con la lámpara roja, por lo que es muy fotogénico. Junto al faro, la fortaleza de San Vicente.
Aunque el faro es bonito, lo que más nos gustó a nosotros fue la vista de los acantilados. El mar golpeaba con insistencia los paredones de piedra, sobrecogiéndonos con su fuerza y con el ruido de las olas. Estuvimos un buen rato sentados, mirando al infinito y disfrutando del viento en nuestras caras.
Playa de Beliche
Si seguimos la línea de la costa por el sur llegaremos a la playa de Beliche, una playa espectacular rodeada de acantilados. Se accede a la arena bajando por unas escarpadas escaleras. En la playa se pueden encontrar pequeñas grutas que le añaden encanto. A nosotros la playa nos enamoró por su emplazamiento, pues parece excavada a mano entre paredones de piedra.
Punta de Sagres
Si seguimos nuestra ruta llegaremos a la punta de Sagres, a pocos kilómetros del cabo de San Vicente. En este lugar se encuentra la fortaleza de Sagres, también llamada castillo de Sagres. Desde aquí también hay unas panorámicas de la costa y del océano que bien merecen una parada.
Ponta da Piedade
Ya de vuelta a Lagos visitamos otro de los lugares famosos del Algarve: Ponta da Piedade. Esta es conocida como una de las zonas de acantilados más bonitas del Algarve, y con razón. Las formaciones rocosas se elevan dando lugar a picos, arcos y salientes que acogen en su interior pequeñas playas y calas.
Visitamos Ponta da Piedade dos días distintos. El primero optamos por caminar a pie por la parte superior, disfrutando de las vistas de las rocas y los entrantes de mar. El segundo día hicimos una ruta en barca por Ponta da Piedade. Los entrantes y salientes nos parecieron, si cabe, más impresionantes todavía que el día anterior.
Ponta da Piedade: paseo en barco
Si sigues las indicaciones de los carteles puedes descender hasta el embarcadero, donde puedes pagar una barca que te lleve por las cuevas y los salientes, aunque nosotros optamos por hacerlo con una empresa que tenía una barca algo mayor (éramos un grupo bastante numeroso de gente) y que salía de la marina de Lagos.
Desafortunadamente, varios factores dificultaron un poco la visita: la marea estaba alta y había bastante viento, por lo que no se podía entrar en todas partes por riesgo a golpearse. Otra cosa que nos comentaron y no pudimos comprobar es que la luz por la mañana le da a los acantilados un color muy especial. ¡Una buena razón para volver!
Gracias nuncasinviaje.com por la información del alcance, nos será muy útil en nuestro próximo viaje.
Saludos
¡De nada! ¡Gracias por leernos!